Enamorada del ermitaño
Martin RodaÉl: su pasado lo llevó a aislarse del mundo, aun cuando eso implicaba descartar conocer el verdadero amor. Y es que, ¿quién podría sentirse amado cuando su corazón está dominado por los demonios del ayer? Sin mucho para ofrecer, más que pena, dolor y miedos, asume la soledad con el fin de evitar hacerle daño a cualquiera.
Ella: Desde su fuerte de libros no conocía otra cosa que las letras que la acompañaban. Sin embargo, allí se sentía segura, hábil y suficiente. Era su lugar sagrado, donde nada ni nadie la juzgaba. Su inquebrantable sueño por abrirse camino en su carrera era la fuerza que la empujaba a avanzar cada día, a pesar del vacío que llevaba anclado en su pecho.
Dos corazones diferentes, dos almas solitarias a su manera. Cada uno enfrentando sus miedos e inseguridades, sin saber que tienen la salvación del otro en sus propias manos.